jueves, 30 de abril de 2015

Fotógrafos como Setas

Hace unos días, al salir de un parking, nos encontramos con una pancarta que exponía una fotografía de una conocida marca de grandes almacenes española. Algo captó nuestra atención, algo que no cuadraba.

Así que nos paramos a ver la fotografía. Estupenda toma; absolutamente desastroso el retoque,

Es más, da la impresión de que en España vale más ser primo de alguien que ser profesional en lo que haces.
Estamos seguros de que es fácil encontrar estupendos profesionales en este país, lo que es más difícil es estar dispuesto a pagarlos.
Por otro lado, la palabra fotógrafo ha perdido sin lugar a dudas su definición, ya que ahora cualquiera con una cámara a priori lo es.

Da la impresión de que en España vale más ser primo de alguien que ser profesional en lo que haces.

En los talleres de fotografía que imparte Carlos Fernández para DIFLASH, se repite constantemente.

La fotografía se ha convertido en algo enormemente popular. 
Es increíble la cantidad de cámaras reflex que se venden a diario y, lo que todavía sorprende más, es que la gran mayoría de los que las adquieren piensan que pueden ganarse la vida con ello.

Más que sorprendente es terrorífico.
Pongamos un ejemplo de la magnitud del problema.
Vemos un anuncio que promete lo siguiente:
TU BODA COMPLETA CON TUS FOTOS EN UN CD POR 200€.

¿Qué quiere decir este anuncio? 

Quiere decir lo siguiente:
Te hago tus fotos de boda. No sé como van a salir pero tengo un flash integrado en la cámara que va de maravilla.
Sólo llevo una cámara por lo que, si se rompe, se acabó el reportaje y me marcho a casa.
Después ya hablamos de como solucionarlo. Las fotos están como salieron de cámara, ni más ni menos.
No me pidas más porque no es que no quiera, es que no sé.
Yo lo que quiero es cobrar, no es mi problema si se me rompió la cámara. Yo lo que quiero es cobrar, Entiendo que no puedes volver a casarte pero, ¿y mi dinero?

Vivimos tiempos en los que el bombardeo constante de fotografía en redes sociales es absolutamente espectacular.
Así que basta con que una fotografía no esté movida, borrosa, trepidada o desenfocada para que, quien la ha tomado, sea catapultado automáticamente a la categoría de fotógrafo.

Lo peor de todo es ver a personas que llevan seis meses dedicándose a la fotografía alardear de contratos internacionales o incluso de publicar en editoriales de moda, en revistas online. De risa.

Los fotógrafos al parecer, somos como las setas, esparcimos esporas al aire y en unas semanas 3.000 nuevos aparecen con su mochila colgada a la espalda, su 18-55 mm montado y la creencia de que son fotógrafos.

¿Qué pensáis vosotros acerca del tema?

Un saludo y hasta la próxima entrada

DIFLASH




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